Había una vez un oso que se encontró un gato en las afueras del bosque.
Un zorro que estaba a punto de cazar un conejo sintió curiosidad por el
gato y se acercó a ver.
El gato les dijo que se perdió por seguir a un ratón que corría
pidiendo ayuda.
Todos estuvieron de acuerdo en seguir al ratón para ver cuál era la
emergencia.
En el camino el zorro los dejó para seguir
buscando alimento para su familia. El conejo le
agradeció por no habérselo comido.
El ratón los llevó hasta donde había un búho caído
en el suelo.
El búho les dijo que un fuerte viento helado
lo tiró de su rama y estaba muy débil para volar.
De repente el búho dio un salto y se comió al
ratón para recuperar sus fuerzas.
Entonces el gato saltó y le clavó las garras
al búho sin darle oportunidad de escapar.
Tristes por todo lo que pasó el oso y el
conejo se alejaron lentamente mientras el gato se devoraba al búho feliz de no
haber matado antes al ratón.
El conejo se despidió del oso con la promesa
de volverse a ver en primavera y siguió su camino.
El oso se dirigió a su cueva para pasar el
invierno, y pensó que tal vez la vida no era tan fácil para el resto de los
animales.
Pero ya en su cueva se durmió rápidamente y
tuvo sueños dulces llenos de miel.
Mientras tanto afuera los halcones cazaban conejos.
FIN
Texto y dibujos de E.M.B.
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