Se nota que desde el principio no me gustaba cumplir años.
Aunque la torta fuera grande y la casa se llenara de gente
con ganas de festejar, mis ánimos de cumpleaños andaban por el piso.
Y era el primero de tantos…
Van 32 y todo sigue igual.
Tal vez menos gente en la casa y menos torta, pero los ánimos
de cumpleaños…
Definitivamente, soy un amargo desde el origen de los
tiempos.
(Y realmente se llenó de gente la casa esa vez. Y era una
casa chiquita. No sé cómo justo en esa foto no hay nadie cerca. Elegí esa de
entre muchas no por estar sólo, sino porque es mi mejor cara en ese momento)
Gracias por los saludos recibidos en este día, aniversario de ese día.
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