martes, 5 de febrero de 2013

Mi primera cita


-Buenas tardes
-Todavía no almorcé aunque no sé si eso cambia algo
-Tome asiento
-Gracias.
-Bueno… ¿Por qué está aquí?
-Tengo una cita.
Sí, lo sé, pero ¿cuál es la razón de su presencia aquí?
-Mi mamá pensó que sería buena idea, y además ella corre con los gastos… como siempre.
-Bien. Necesito algunos datos. Ya tengo su nombre ¿Edad?
-La mejor según dicen, aunque es malo que con 30 siga viviendo con mis padres. Eso dicen.
-¿Lugar de residen…? Casa paterna.
-Eso no lo digo yo… ni ellos, pero supongo que es algo cultural… que a los 30 ya tenés la vida hecha y hasta te podes dar el lujo de entrar en una crisis o algo así.
-¿Ocupación?
-Yo no. No tengo nada hecho. Ni la cama.
-¿Estado civil?
-Enamorado de esa mina que no sé da cuenta porque nunca hice nada para que se dé cuenta. En algún punto creo que estoy enamorado de ella de antes de conocerla y tal vez por eso la odio tanto.
-Soltero
-Ponga looser y es lo mismo
-Ja ja. No ¿Fuma? ¿Toma alcohol?
-Ocasionalmente. No, no fumo. A veces me tomo un vino o dos. Y excepcionalmente me emborracho con la excusa de poder estar triste sin sentir culpa.
-¿Se siente culpable cuando bebe?
-Para nada. Me pone mal que se den cuenta cuando estoy triste.
-¿Se siente triste ahora?
-No. Un poco nervioso tal vez pero supongo que es normal en una primera cita.
-¿Cómo calificaría su estado en este momento en una escala de  1 a 10?
-¿Seguimos hablando del alcohol? Le prometo que no tomé nada.
-No. En general, cómo se siente, en este momento y en esta situación.
-Ya dije que nervioso
-De 1 a 10
-Dije “poco” nervioso. Debe ser un número bajo.
-No me refería a parámetros concretos sino a una evaluación general y subjetiva de su estado de ánimo durante nuestra charla.
-6
-Bien.
-¿Y eso qué significa?
-Ya lo veremos conforme avancen nuestros encuentros.
-¿Usted cree que esto va a avanzar?
-Eso espero. Bueno, nuestro tiempo se ha terminado.
-El suyo. El mío recién empieza.
-¿Por qué lo dice?
-Cosas mías, doctor.
-Espero que en el futuro pueda aclararme esas “cosas suyas”. De eso se trata esto que hacemos. De aclarar algunas cosas y darles sentido a otras que tal vez parecen no tenerlo. Por cierto, no me diga doctor; yo soy licenciado.
-Licenciado…
-Dígame Juan.
-No hay de que…so nomás de papa.
-¿Qué?
-Espero que en el futuro se aprenda la rutina. Si nunca vio a Chespirito tiene una semana para interiorizarse en el tema. No se lo tome a mal, pero cosas como esa pueden amenizar mucho la conversación. Y ahora que lo miro bien… Juan… No soy el único que parece estar triste.
-Eso es un espejo.
-Y eso fue un chiste. Nos vemos la próxima vez….

E.M.B.

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