lunes, 25 de diciembre de 2006
domingo, 17 de diciembre de 2006
Chicle
Siento que el tiempo
Se ha vuelto chicle
Se estira tanto
Se me pega más
Quiero largarme
Quiero evadirme
Pero no hay tiempo
Para escapar
Mi sombra se ríe
Aunque no la veo
Está todo oscuro
No puedo pensar
Todo el mundo viaja
Demasiado lento
Estoy acelerado
No puedo parar
Siento que el mundo
Se ha vuelto chicle
Todo masticado
Se me pega más
Quiero largarme
Quiero evadirme
Pero estoy pegado
No puedo volar
Grillo
16-12-06
Se ha vuelto chicle
Se estira tanto
Se me pega más
Quiero largarme
Quiero evadirme
Pero no hay tiempo
Para escapar
Mi sombra se ríe
Aunque no la veo
Está todo oscuro
No puedo pensar
Todo el mundo viaja
Demasiado lento
Estoy acelerado
No puedo parar
Siento que el mundo
Se ha vuelto chicle
Todo masticado
Se me pega más
Quiero largarme
Quiero evadirme
Pero estoy pegado
No puedo volar
Grillo
16-12-06
sábado, 2 de diciembre de 2006
Sarcasmo
Aprendí a leer a los seis años pero ya era fanático de las historietas de mucho antes. Al principio pedía que me las leyeran tratando de memorizar lo que decía en cada cuadro para después poder “leerlas” solo. Pero prefería imaginar los diálogos y no pedir ayuda.
Me gustaba que me leyeran cuentos para crear las imágenes del relato en mi cabeza, y tal vez por eso me gustaba también crear el relato de las imágenes que veía en las revistas. Patoruzú, Isidoro, El Tony, Nipur, y tantas otras.
A los seis aprendí a leer y las historietas fueron mi práctica de lectura. Claro que leer historias de nivel adulto a esa edad puede generar confusiones. Recuerdo por ejemplo una historia en la que un hombre despierta y ve frente a él a una mujer que le apunta con un revólver. En el cuadro siguiente ellos discuten y él le grita “¡Guarda tu sarcasmo!”.
Durante mucho tiempo estuve convencido de que el sarcasmo era un arma. Después comprendí que tenía razón, pero que era un arma diferente y no un 38 en la mano de una linda chica. Una rubia con la que hiciste el amor hace un par de páginas antes y que encima es la mujer de tu jefe, el capo de la mafia de este lado de la ciudad. Pero esa es otra historia.
No.
Esa es otra historieta.
E.M.B.
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